Jornada Científica de Psiquiatría Infantojuvenil – Bell Ville 2025

La Psiquiatría Infantojuvenil ante los desafíos del siglo XXI
El pasado 3 de octubre de 2025, la Asociación de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia de Córdoba (APIA Córdoba) llevó a cabo una Jornada Científica de Psiquiatría Infantojuvenil en la sede del Hospital José A. Ceballos de la ciudad de Bell Ville, bajo el lema “La Psiquiatría Infantojuvenil ante los desafíos del siglo XXI”.
La actividad contó con la participación de profesionales de distintas disciplinas —psiquiatras, psicólogos, pediatras, psicopedagogos, trabajadores sociales y acompañantes terapéuticos—, que compartieron sus experiencias y reflexiones en torno al abordaje integral de la salud mental en la niñez y la adolescencia.
El encuentro fue organizado por APIA Córdoba y contó con el auspicio del Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba, el Hospital Regional Dr. José A. Ceballos, y el Comité de Capacitación, Docencia e Investigación. Las inscripciones se realizaron a través del correo institucional apiacba@gmail.com, y se solicitó la colaboración solidaria con alimentos no perecederos.
Palabras de Lucia Alippi , Directora de APIA Córdoba
Córdoba, 3 de octubre de 2025
Como presidenta de la Asociación de Psiquiatría de la Infancia y adolescencia de Córdoba ,me complace darles la bienvenida a todos los presentes a éstas jornadas centralizada en los desafíos de la Psiquiatría y Salud Mental ante los desafíos del siglo XXI.
Agradecemos en 1rer lugar a las autoridades del Hospital que nos han abierto sus puertas. Sin duda ,el ámbito de éste hermoso hospital, con su historia centenaria de compromiso con la atención médica y espiritud solidario con la comunidad, y que constituye un pilar importante en la Salud pública de BELLVILLE, hace propicio el desarrollo de la jornada, para que sea fecunda.
Muchas gracias Sr Director José María Ruiz, Sra vice directora de Salud Mental,Silvina Rochaix,, Sr Vice Director de Salud Pública Dr Marcos Agon, Sra Vice Directora administrativa, Contadora Micaela Rivero y Coordinadora de capacitación y Docencia Lic Yamila Miguel.
Nuestro agradecimiento al Sr Intendente el Secretario de Salud de Bellville y al Subsecretario de salud de la municipalidad de Villa María que nos han expresado su apoyo.
Especial agradecimiento a los disertantes y coordinadores, que han respondido generosamente a ésta convocatoria de APIA ,y que son verdaderos referentes de la psiquiatriía infanto juvenil cordobesa.
Nuestro reconocimiento a las profesionales especialistas en psiquiatría Infantil, miembros de Comisión directiva y bellvillenses, Dra Beltramino y Dra Cagnolo por ser puentes entre APIA y el hospital para la realización de la jornada.
A toda la Comisión Directiva y Comité organizador de Apia que conjuntamente con el Hospital han pensado todos los detalles con calidez.
Hoy están presente, profesionales de la Salud y salud mental Infanto juvenil. De Río III, Río IV, Marcos Juarez, San Marcos Sud, Villa maría , Tancacha,y Capital. Esta nutrida concurrencia nos llena de orgullo, pero nos compromete para que en un futuro sigamos trabajando con el espritud inclusivo y descentralizador con que soñaramos desde los inicios de Apia y en éstos 21 años de trayectoria.
La capacitación ,actualización, formación , pilares fundamentales de Apia en la medida que la hacemos accesible a los profesionales de distintas disciplinas y que especialistas, contribuirá a establecer y fortalecer redes que tan necesarias son en toda nuestra provincia para responder a los desafíos que representa la demanda creciente en Salud Mental infanto juvenil.
La participación de estudiantes de medicina y enfermería es muy valiosa, porque ellos son las generaciones que deberán dar respuestas en estos contextos críticos en el futuro.
Por ello es de destacar la relevancia de Servicios Hospitalarios reconocidos como centros formadores, como lo es el servicio de Psiquiatria y Salud Mental que facilita la adquisición de conocimientos , habilidades y destrezas que permiten desarrollar confianza en la atención de salud mental infantojuvenil.
Hoy también desde mi doble pertenencia a Apia y al CMPC ,desde el Comité de Contralor de la Especialidad de Psiquiatría Infantil, dirijo mis felicitaciones al Comité de Capacitación y Docencia por promover el desarrollo de un Centro Formador que brinde éstas oportunidades a jóvenes profesionales en tiempos dónde es difícil obtener una sólida formación teórico práctica, puntal de toda actividad asistencial para brindar a los niños y adolescente una atención integral y de calidad.
El siglo XXI, nos interpela con desafíos que hoy requieren acciones concretas y compromiso en un contexto global y complejo.
Sin duda el advenimiento de la Tecnología, las redes y la hiperconectividad, han marcado un antes y un después en la historia de la humanidad. La IA……Facilitará el Diagnóstico en nuestra Especialidad.
Los efectos positivos y negativos sobre el psiquismo, son campos de exploración, de investigación y de un trabajo colaborativo.
La creciente incidencia y prevalencia de Ansiedad y Depresión en los niños, niñas y adolescente a edades cada vez más tempranas, como el consumo problemático y abuso de alcohol, las adicciones, los Is y suicidios consumados a edades cada vez menores,.tienen su correlato con la falta de accesibilidad a tratamientos oportunos y adecuados,a los escasos recursos humanos limitados a pocas instituciones con dificultades para derivar a dispositivos especializadosy terapias complementarias en los lugares de referencia.
La sobrecarga laboral de los profesionales de salud y el trabajo artesanal para garantizar continuidad de tratamientos, provisión de medicamentos vulnerabiliza una atención integral y amerita una profunda reflexión.
El impacto de la pandemia x coranavirus sobre la salud mental de niños y adolescente, sumado a una crisis moral, económica, y educacional, profundiza los riesgos de padecimiento psíquico en los niños y adolescentes que tanto necesitan de una sociedad justa y responsabel para su desarrollo.
Ante éstos Desafios . LA REFLEXION BIOETICA, es una de las tareas prioritarias de la medicina y por ende también de la psiquiatría infanto juvenil
BIOETICA : Un puente hacia el Futuro de Rensslaer Poterr (1971 )nos plantea esperanzadoramente la necesidad de establecer un lazo de unión entre las ciencias y humanidades.
La relación médico paciente, adquiere una especial complejidad cuando se trata de niños y adolescentes, el respeto por sus derechos ,implica también mayor incertidumbre ante temas fundamentales com el Dx, las medidas terapeúticas, la confidencialidad, el consentimiento, la madurez cognocitiva y emocional para tomar decisiones ,el rol de los padres, la escuela ,las instituciones sociales y legales complejiza la atención.
Los psiquiatras infantiles del siglo XXI se enfrentan al dilema de cómo ser especialista modernos sin perder la esencia del quehacer médico que nace de la relación médico paciente , en un encuentro único y de ayuda mutua.
En ésta jornada, exploraremos éstos temas y reflexionaremos juntos sobre cómo trabajar mejor por la Salud de niños ,adolescentes y sus familias.
Lucia Allippi
Presidenta de APIA Córdoba
Psiquiatra ME 6463 y Psiquiatra Infanto juvenil ME 12434
Agradecimiento:
Hace algún tiempo, en una jornada de APIA, reflexionábamos acerca de los cambios en los modos de subjetivación, en particular en niños y adolescentes, y esbozábamos algunas hipótesis que pudieran dar cuenta de estos fenómenos.
De hecho, no es tarea sencilla entender como viene cambiando la construcción subjetiva, es decir como se construye el psiquismo humano.
Tenemos en claro que el aparato psíquico con el que nos encontramos hoy no es el mismo que el de finales del siglo 19, o comienzos del XX, cuando Freud desarrolló sus teorías, que revolucionaron las concepciones tanto de enfermedad mental, como de cura.
Sucedió una mutación, decíamos parafraseando a Alessandro Baricco, o mejor aún, está sucediendo una mutación, y las nuevas generaciones parecen tener agallas detrás de las orejas, que les permiten respirar bajo superficies en las cuales nosotros, adultos, no sobrevivimos.
También tratamos de indagar, ayudados por otras disciplinas, en los probables orígenes de estos cambios, y Dufour , filósofo francés, señala que el deterioro de las estructuras familiares y el retroceso del papel estructurante de la religión, de las ideologías políticas, traen como consecuencia la desaparición tanto del sujeto neurótico freudiano, como del sujeto crítico kantiano (o sea, el sujeto capaz de cuestionar los límites de su propia razón). O sea, el sujeto no dogmático.
Así, en la clínica la mayoría de las presentaciones psicopatológicas no se corresponden con las problemáticas neuróticas propias de la modernidad, que expresaban de un modo simbólico el conflicto entre la pulsión y la represión, siendo el paradigma de la psicopatología la neurosis histérica, sino que nos encontramos con cuadros clínicos no simbólicos, o con marcada pobreza simbólica, tales como trastornos alimentarios, consumos problemáticos, violencia, escarificaciones, suicidios, patologías de acto, entre otros.
Desde la perspectiva del retroceso del sujeto crítico, podemos observar el notable incremento de fanatismos, fundamentalismos, intolerancia a las diferencias, que acompañan importantes avances en campos como el de las diversidades de género, o la prevención y sanción de la violencia de género, o de los derechos de las infancias.
También hacíamos referencia a un incremento exponencial de diagnósticos de trastornos del espectro autista, con la consecuente pregunta sobre si hay más casos, o estamos frente a sobrediagnóstico, o si suceden ambas cosas. Podremos luego extendernos sobre esto, si resulta de interés.
Ahora bien, lo que hoy quiero compartir con ustedes, para ser fiel al titulo de estas jornadas, “La psiquiatría infanto juvenil ante los desafíos del siglo XXI”.
La primera cuestión que surge es que las mutaciones que mencionábamos no afectan solo a los pacientes, lo cual es tan evidente que se hace necesario mencionarlo.
Los psiquiatras infanto juveniles, así como los de adultos, los médicos en general, y de hecho, cualquier profesión u oficio, estamos atravesados por estos cambios constitutivos en el psiquismo, y sus efectos, en tanto sabemos que no hay constitución subjetiva por fuera de la época y el contexto.
Entonces, me parece importante interrogarnos al respecto. La misma lógica que nos permite aseverar que las histerias de fines de siglo 19 y mediados del 20 ya no se presentan de la misma manera en el siglo 21, implica que tampoco los médicos somos los mismos. Y no somos los mismos no porque hemos adquirido un caudal de conocimientos científicos, ni porque los paradigmas científicos han sufrido innumerables caídas y resurrecciones, sino porque también nuestras mentes no piensan como las del siglo pasado. Marcelo Viñar se preguntaba: ¿cómo nos cambia un mundo que cambia?
Las mutaciones sufridas por la humanidad en el paso de la modernidad a la posmodernidad, a las que Alessandro Barricco describe como el avance de los bárbaros sobre las aldeas de la modernidad, en modo alguno soslaya su incidencia en la constitución subjetiva de las nuevas, y no tan nuevas generaciones de médicos, quienes al tiempo que están acuciados por bajos ingresos, que los obligan a destinar cada vez menos tiempo a cada paciente, con la consecuente pérdida de profundidad de la investigación de la situación de sus pacientes, lo que incluye una virtual imposibilidad de desplegar la semiología psiquiátrica. Detengámonos aquí un minuto.
¿Quiénes de nosotros ha hablado o escuchado en los últimos tiempos del delirio de Capgrass, o el de Frégoli? ¿O el de Serieux y Capgrass, por ejemplo? ¿O más básicamente, sobre la imposibilidad de diagnosticar esquizofrenia con un primer episodio?
Las finas disquisiciones clínicas a las que los grandes teóricos de la psiquiatría nos habían acostumbrado, producto de una semiología minuciosa, que seguía todos los pasos que sin dudas conocemos, desde el interrogatorio, el examen psiquiátrico, la recolección de síntomas en grandes síndromes, que nos conducían a diagnósticos diferenciales, que permitían una aproximación diagnostica , a ser corroborada por diferentes métodos, han caído, al parecer, víctimas de la conjunción de criterios biologistas, fenoménicos, amparados en un supuesto criterio científico sustentado en manuales que sustituyen ese trabajoso camino descripto, por una serie de síntomas que adquieren categoría diagnostica.
Pero a su vez, si somos consecuente con nuestra propuesta metodológica, debemos preguntarnos si tiene sentido la semiología, ¿o es un ejercicio vetusto, innecesario, ventajosamente reemplazado por la tecnología?
No es una pregunta retórica. Tratando de asimilar las enseñanzas de Umberto Eco, en particular acerca de la oposición entre apocalípticos e integrados, trata de no caer de ninguno de los dos lados. Es decir, ni abominar de los cambios porque traicionan la tradición, ni rendirse a las plantas de todo cambio, por el solo hecho de ser novedoso.
Así, me resulta necesario interrogar mis convicciones, acerca de la trascendencia de la relación médico paciente, como organizador del padecimiento de un paciente en busca de un eventual alivio, como de aquel concepto de Michael Balint de la persona del médico obrando como un medicamento.
También debo poner en cuestión el aparentemente olvidado principio de que el médico no es un observador externo del proceso de enfermar y curar, sino que es parte fundamental de ese devenir.
La rapidez con que se suele diagnosticar, y prescribir, parecen oponerse a aquella definición de un poeta inglés del siglo 18, John Keats, quien, en una carta dirigida a sus hermanos, destacaba una virtud en Shakespeare, a la que dió en llamar “capacidad negativa”. Se refería a la capacidad de tolerar la incertidumbre y la duda, sin caer en la irritante búsqueda de hechos y razones.
Ahora bien, no es mi intención sembrar pesimismo, sino tratar de convocar al esfuerzo de viejas y nuevas generaciones a no abandonar la posta del humanismo que sigue siendo fundamento de la práctica médica.
La escucha atenta, el genuino interés por el otro, por el semejante, y el respeto por la singularidad y diferencia de ese otro, siguen siendo cruciales en nuestra praxis.
La función de continencia emocional, la de poner palabras allí donde no las hay, la de acompañar el padecimiento humano, la de la utilización racional de los medicamentos, siguen siendo los caminos posibles, frente a una potente embestida de quienes siguen asimilando el ejercicio psiquiátrico a una cuestión de poder y sometimiento.
La formación permanente, la imprescindible introspección de la propia conflictiva del profesional, su implicancia inconsciente en su praxis (y en esto APIA trabaja sistemáticamente con grupos de autocuidado), son algunos del enfoque posible, entre mucho otros.
Gracias.
Dr Kopelman – CV: médico psiquiatra infanto juvenil. Miembro titular de Apia. Psicoanalista, miembro dela Asociación Psicoanalitica de Córdoba, de la Federación Psicoanalitica de América Latina y de la Asociación Psicoanalitica Internacional. Ex director de Docta. Revista de psicoanálisis. Ex director de Extensión y Difusión del Instituto latinoamericano de psicoanálisis. Docente del Instituto de Formación de la Asociación Psicoanalitica de Córdoba. Jefe del Servicio de Salud Mental de clínica Universitaria Reina Fabiola, UCC.